Regresando a Paradise: Ocho

Lali

Estamos de regreso en la camioneta, en dirección hacia nuestro próximo destino: la Universidad Freeman. Después del incidente en el comedor, cojeé entre los arbustos y lloré. Benja me siguió. No me preguntó si lo dicho por Peter era verdad o no…él solo se quedó ahí mientras las lágrimas corrían por mis mejillas y yo las limpiaba con el dorso de mi mano.

El pequeño espectáculo de Peter fue obsceno. Mintió, cambió la versión de los hechos, se burló de mí y de la relación que tuvimos. El tentarme a revelar lo que sucedió en el mirador fue mucho para mí. Esa noche, Peter y yo compartimos momentos preciosos y privados que recordaré por el resto de mi vida. Fue perfecto; él me trató como si fuese la única chica en el mundo que le importaba, y con la única que quería estar.

Cuando llegamos, Nico nos dirige hacia la segunda planta. La habitación tiene una cocina y una mesa, dos sillones en la sala común.

- Las chicas en esa habitación – señala Nico – los chicos en la otra. Y, yo en este

- ¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí? – pregunta Benja

- Un tiempo regular

- Me duele la cara – se queja Leo – y pica – se acerca a Euge – ráscame

- Sal de mi vista, raro – contesta Euge, mirándolo con cara de asco

- Suficiente – dice Nico – Euge, nada de tratar mal a los demás. Leo, si te pica, ráscate tú solo - Euge le saca la lengua a Leo - Bueno, pónganse cómodos chicos. En media hora tendremos una reunión

Euge, Paula y yo, escogemos nuestras camas.

- ¿Qué pasó contigo, Paula? – pregunta Euge. Ella se encoge de hombros - ¿Por qué no has contado tu historia?

- Déjala en paz, Euge – digo – ella hablará cuando quiera

- Bueno. Pero, para que sepan, no voy a pretender que ustedes son mis amigas si no cuentan nada – dice Euge

- Mi enamorado – empieza a hablar Paula, con sus ojos aguados, como si estuviera resistiendo las lágrimas – está en la cárcel por tres años por matar a alguien en un accidente de auto. Mis padres me botaron de la casa, y…. – se limpia las lágrimas – estoy embarazada

- Mierda – dice Euge – ahora entiendo porque no decías nada

- Si necesitas algo, estaremos aquí – le digo - ¿verdad, Euge?

- Sí

- ¿Y, qué hay de ti? – dice Euge, mirándome

- Conté mi historia ayer en la fogata

- No sobre el accidente. Peter dijo algo sobre tú y él en el mirador. ¿Te importa dar detalles?

- Tal vez después. No queremos llegar tarde a la reunión de Nico

- Creo que me estás evadiendo

- Tienes razón, Euge – digo – no quiero hablar de ello

Cuando terminamos de acomodarnos, Nico nos llama para la famosa reunión. Nos explica que el único baño que hay – además del suyo que está en su habitación – lo tenemos que compartir, sino tenemos que irnos al del pasadizo. Acordamos reglas para que este se mantenga limpio; aunque con Leo, será difícil.

- Bueno, ahora que hemos acordado lo del baño, tengo que decirles algo más. Hubo un incidente esta mañana con Peter, quiero hablar de ello

- Lo siento Nico. No puedo. No quiero portarme mal con ustedes y el proceso. Es solo que…necesito tiempo - digo. No puedo soportar más el tema

Intencionalmente no miro a Peter y me alejo hacia la habitación, cerrando la puerta. Cuando escucho que alguien toca en la habitación, doy un respingo.

- Soy Benja. ¿Puedo entrar?

- Claro - Benja entra y se sienta a mi lado, en la cama

- ¿Quieres hablar?

- No. ¿Nico está molesto?

- No. Él quería asegurarse que estuvieses bien, pero yo me ofrecí venir

- Gracias – balbuceo – me siento mal por haberme ido en medio de la conversación

- No te sientas mal – me dice – creo que todos lo comprenden. Bueno, excepto Peter

- ¿Por qué? ¿Qué dijo?

- No dijo nada. Se puso de pie y se fue