viernes, 27 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Veinticinco

Peter

Camino hacia mi casa, la más grande en toda la cuadra. Se ve familiar pero aún así..en algunos aspectos es completamente extraña para mí. Tomo un gran respiro y me enfoco en la puerta principal. ¿Cómo regresas a casa después de haberte escapado? ¿Me tratarán como siempre, me mirarán a los ojos? No puedo seguir pensando en esas cosas, tengo que hacerlo, ya no soy más un cobarde. Toco el timbre, mi pulso está completamente acelerado, como si hubiese corrido una maratón.

Escucho pasos. ¿Es mi madre, padre o Rochi? No tengo tiempo de pensarlo mucho porque justo la puerta se abre y mi hermana está de pie, en frente de mí. Ella sigue igual, con sus ojos delineados con negro, pero su ropa ya no es tan rara como antes; ya no usa esos jeans con cadenas, sino los normales. Es un gran avance.

- Peter. Volviste – susurra
- Por poco tiempo, al menos – digo como puedo

Cuando regresé a casa de la cárcel, Rochi me abrazó y me estrechó. Pero esta vez no lo hizo; definitivamente está manteniendo su distancia.

- Lali me dijo que te convencería de regresar a casa, pero no le creí. No puedo creer que estés aquí
- Bueno, créelo. Ehh….¿puedo entrar?
- Sí – dice, abriendo la puerta aún más – eh…papá no está en casa
- ¿Dónde está?
- Fue a visitar a mamá – dice, mordiéndose las uñas
- ¿Visitar a mamá? ¿Está en rehabilitación?
- Ha estado ahí por un tiempo. No es su primera vez
- Está bien – digo, tomando un respiro - ¿algo más que deba saber?
- ¿Cómo qué?
- No sé, Rochi. ¿Papá está tomando bien las cosas? ¿Qué ha sido de tu vida? Olvida que hice esa pregunta – no he venido a reconfortar a nadie, no sé porqué lo hago

Rochi abre su boca y luego la cierra.

- Invité a un amigo a quedarse en casa – digo
- ¿Quién?
- Su nombre es Leo. Es un chico que necesita un corte de pelo y usa un polo verde con palabras morbosas

No pude dejar solo a Leo; a veces puede ser un imbécil, pero no es repulsivo.

- ¿A dónde vas? – pregunta Rochi, con pánico en su voz, cuando subo las escaleras
- A mi habitación
- Espera! – chilla Rochi, pero es muy tarde

Abro la puerta de mi cuarto, o lo que solía ser. Ha sido convertido en una oficina. No hay cama, ni cortinas, ni roperos. Wow, incluso desaparecieron mis trofeos. No hay señal de mí. En ocho meses toda evidencia de mi vida ha sido borrada. Tengo el presentimiento que el haber regresado ha sido el peor error de mi vida. 

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