domingo, 8 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Tres

Peter

Creo que Lali aún tiene la boca abierta cuando me cambio de asiento con Benja. No me gusta verla sentada con otro chico; sé que es estúpido pero me siento posesivo cuando no tengo derecho.

- Peter, vuelve a tu sitio – me dice Nico
- Me estaba sintiendo mal – digo – o me cambio de sitio o vomito encima de Lali y Benja

Observo a Lali, que no se ve nada contenta. Se aleja de mí cuando nuestras rodillas se tocan, pero sus ojos se encuentran con los míos.

- Me sentía mal por el movimiento del auto – digo como un tonto – y, Leo huele como mierda….literalmente. No puedo soportarlo
- Escuche eso – dice Leo
- Bien – respondo
- ¿Por qué intentas iniciar una pelea con Leo?
- No lo hago. Él la empezó

Parezco un niño, pero a este punto ya no me importa. ¿Qué cosa cree Lali, que soy perfecto? A estas alturas debería saber que estoy lejos de serlo.

- Estás siendo conflictivo
- ¿Qué tiene de malo? – pregunto
- Estoy segura que puedes averiguarlo por ti mismo
- ¿Está todo bien ahí atrás? – pregunta Nico
- Me duele el dedo – dice Leo. Parece que la jalada que le di a su dedo fue fuerte – necesito hielo

Lali saca una guía turística de España y se coloca un par de anteojos. Deben de ser nuevos, porque nunca la he visto con anteojos. No me mira y se enfoca en el libro mientras hace círculos en algunas páginas y orejas de perro en otras.

- ¿Planeas un viaje a España? ¿De nuevo? – pregunto
- Sí – dice cerrando su libro y guardando su lapicero

Eso es todo. Sin detalles, ni explicaciones. No es que me deba explicaciones; obviamente no me quiere hablar o mirarme.

Después de dos horas, Nico le dice al chofer que se detenga en un restaurante.

- Todos afuera. Vayan al baño y estiren sus piernas. Comeremos algo rápido aquí.

Mientras esperamos a que todos regresen del baño, camino hacia Lali, que está de pie, junto a las máquinas dispensadoras.

- ¿Qué tal? – pregunto, intentando actuar normal
- ¿Qué tal? – me mira con disgusto y sorpresa - ¿Estás bromeando, Peter? Desapareciste por ocho meses; definitivamente la etapa de ¿qué tal? Ya pasó hace rato

Mierda. Tengo el presentimiento que nada de lo que diga va a ser suficiente, pero lo intento.

- Lo siento
- Yo también

Lali se voltea y se va, su cojera queda como un recuerdo de esa noche hace dos años atrás. Troto para alcanzarla, porque soy tan estúpido que no puedo dejarla sola.

- ¿Me vas a decir que no has pensado en los dos mientras no estuve? – le pregunto y ella se encoge de hombros
- Pensé en ti. Y, luego pensé en cómo me dejaste
- No se trataba de ti, Lali. Eso lo sabes
- No quiero discutir sobre ello – dice, mientras se acerca a la camioneta – he seguido con mi vida

Me pongo en frente de ella, deteniéndole antes que se acerque demasiado al resto del grupo. Ellos no necesitan saber sobre nuestros asuntos privados.

- No puedes ignorarme para siempre – sacude su cabeza y me empuja
- No, no puedo ignorarte. Ni siquiera lo podría hacer si lo deseara. Pero no insistas y me hagas hablar de….nosotros

De regreso en la camioneta, luego de la comida, ella coloca sus manos en sus piernas y mira hacia al frente, mientras Nico le dirige al chofer hacia el campamento. Después de un rato, noto que sus ojos empiezan a cerrarse.

- Puedes recostarte en mi cuerpo si quieres dormir – le ofrezco – prometo que no voy a tocarte ni nada por el estilo
- No gracias. Traje una almohada para el viaje

Alcanza su mochila y saca una almohada fluorescente de color verde. La infla y la coloca en su cuello, como la Lali que solía conocer. Se duerme casi al instante, y una hora después, todos excepto Nico y yo están dormidos. La chica con los audífonos está roncando tan fuerte que me pregunto si Lali y la chica del tatuaje van a tener que comprarse tapones antes que el viaje termine.

- Toma una siesta Peter. Todavía queda mucho para llegar – dice Nico
- Dejé de tomar siestas cuando tenía dos años – le cuento, mirando de reojo a Lali mientras duerme

Suelto el aire frustrado, luego observo mi rodilla. La estoy moviendo al ritmo de motor del auto. Estoy ansioso y no sé por qué. Desearía poder levantarme y quitarme esta energía, o correr hasta que mi cuerpo grite y me haga detener. En lugar de eso, estoy aquí sentado, pensando.

Mientras Lali duerme, la envidio. Estoy contento que haya seguido adelante, porque yo no creo haberlo hecho. Dejé Paradise, pero soy el mismo chico en el mismo estado que antes. Cuando finalmente llegamos al campamento, Nico sale de la camioneta para anunciar nuestra llegada. Regresa cinco minutos después, con el ceño fruncido.

- Malas noticias – dice
- ¿Los campistas decidieron que no querían escuchar nuestras tontas historias? – pregunto
- No. Solo cuentan con una cabina sin ocupar. Eso quiere decir….
- ¿Chicos y chicas durmiendo en la misma cabina? – pregunta la chica del tatuaje. Nico suspira
- Sí. Yo dormiré en la cabina del costado, con los consejeros. Los chequearé a ustedes cada cierto tiempo. ¿Todos están de acuerdo con eso?
- Ehm..¡No! – dice la otra chica – no voy a cambiarme en frente de otros chicos
- Hay un baño de mujeres a unos cuantos pasos de la cabina – Nico le informa – puedes cambiarte ahí, Euge
- Si esa es la única opción, entonces sobreviviré – dice Paula – pero por el momento, no estoy feliz con ello

Todos están de acuerdo con los arreglos inesperados. Lali se ve un poco nerviosa ahora que Nico ha aparcado al lado de la cabina. Hay tres literas, con sábanas y almohadas, pero nada más.

- Yo quiero la cama de abajo – dice Benja mientras se lanza en la cama – maldita sea Nico, esto está más duro
- Yo también quiero la de abajo – dice Paula
- Yo también – digo, luego observo mientras Lali cojea hacia la cabina – volviéndolo a pensar, tomaré la de arriba. Lali necesita la de abajo por su eh….
- ¿Pierna? – Lali termina mi oración – puedes decirlo, Peter. No es un secreto. Todos pueden notar que camino cojeando
- Y, ya que hablamos de nuestras imperfecciones – dice Benja – debo anunciar que no tengo el brazo completo. Solo quería que todos sepan que está bien hablar de ello o que me pregunten
- Está bien – dice Nico – ahora que se han organizado, pónganse cómodos y encuéntreme afuera en diez minutos
- ¿Afuera? – pregunta Paula - ¿Para qué?

Sin duda esta chica va a competir con Leo para ver quién es la persona más molestosa del grupo. Ni siquiera ha sonreído o ha dicho algo positivo desde que empezó el viaje. Tengo un presentimiento que está intentando que todos tengan un tiempo miserable.

- Solo ven afuera en diez minutos – dice Nico y luego cierra la puerta

La chica del tatuaje, que se llama Paula, sube a la cama de arriba, encima de Lali. Yo cojo la que está encima de Benja, sabiendo que probablemente no duerma hasta que esté completamente cansado y mi cuerpo ceda. Después de diez minutos, salimos como Nico nos ordenó; él nos lleva por el bosque, donde alrededor de 20 niños están sentados en frente de una fogata, esperándonos. Todos nos miran cuando nos acercamos.

- He traído a estos chicos – dice Nico, luego que nos hemos sentado – para que cuenten sus historias de cómo el manejar ebrios ha afectado sus vidas. Sé que ustedes creen que son invencibles, pero no lo son. Escúchenlos. Los ayudará.

Silencio. ¿Qué es lo que Nico espera que hagamos? ¿De verdad cree que a estos chicos les interesa nuestra vida? Esto es una broma.

- Hola chicos, soy Benja. Supongo que iré primero. Unos meses atrás, regresaba de un juego de futbol; acabábamos de vencer a nuestro rival así que estaba con alcohol. Me sentía bien, muy bien. Invencible.

Algunos de los chicos están hablando entre ellos, sin darle importancia a lo que Benja está contando, sacando de su corazón. Benja no se da cuenta que no le prestan atención, o no le importa.

- Después que regresamos al colegio e ingresamos a nuestros autos, empecé a hacer una competencia con un amigo que estaba en el auto de al lado – hace una pausa – presioné tan a fondo el pedal que mi cabeza se echó hacia atrás. Fue ahí cuando perdí el control del auto, no recuerdo mucho antes de estrellarme contra el árbol, y cuando me desperté me enteré que me habían amputado el brazo.

Benja se quita la camisa y le muestra las consecuencias. Algunos se sorprenden, otros solo lo observan.

- Ahora no me siento invencible. Perdí toda oportunidad de obtener una beca por deporte…y…y… - se limpia las lágrimas – y nunca podré jugar fútbol de nuevo. Intenten ponerse los pantalones usando una mano. Solo por un día, intenten hacer una tarea con una mano. No puedo decirles ahora mismo que se siente, solo que no es tan fácil como cortar un pedazo de torta. Si quieren que les sea honesto, apesta. Desearía volver atrás, pero no puedo. Tomé una decisión estúpida porque pensé que era invencible, y pagaré por ello el resto de mi vida.

Suspira y esconde su cabeza. Observo a Lali. Nuestros ojos se encuentran por un momento intenso, pero ella rompe la conexión y se enfoca en el suelo. Cuando vuelve a mirar hacia arriba, ella dice a través del silencio.

- Soy Lali. Casi dos años atrás, me atropelló un auto…

Cuando se pone de pie, se enfoca con una mirada acusatoria hacia mí. ¿Acaso va a decir que yo fui el culpable? No fui yo quién lo hizo, pero ella no sabe que yo escondo ese secreto. O, incluso peor, ¿ella espera que me ponga de pie y diga que la atropellé mientras estaba borracho? Mierda, no puedo enfrentar esto. No ahora

Antes que diga otra palabra, me pongo de pie y regreso a la cabina.

- Peter, regresa aquí – escucho que Nico sisea

Lo ignoro y continúo caminando. 

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