miércoles, 25 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Veintiuno

Peter

Esta es la primera vez, desde que conocí a Leo, en la que considero que se le ha ocurrido una idea genial. Lali realmente malogró las cosas al llamar a Nico. Necesito tomar control de la situación y dejar atrás los remordimientos. Lo que significa.....que ella necesita mojarse. Y, como dice Nico: ahora mismo.

- Ven aquí - le digo

Ella retrocede, sus pies descalzos hundidos en la tierra.

- Prométeme que no me vas a hundir en el lago - rápidamente mira el agua y después a mí - hay un pez nadando por ahí
- No te hará daño
- No puedo nadar - dice al tiempo que retrocede un paso más
- Peter, no es una buena idea - dice Benja, detrás de ella y yo le doy una mirada de “te voy a matar”
- Conozco a Lali toda mi vida. No dejes que te engañe, es una excelente nadadora

Un gran golpe contra el agua llama nuestra atención: Leo ya lanzó a Euge al agua. Aprovecho esta distracción y cargo a Lali en mis brazos.

- Estoy usando pantalón! – grita – bájame! En serio Peter. Soy una mierda, así que será mejor que retrocedas

Río sorprendido, nunca esperé que ella dijera esas palabras.

- ¿Así que eres una mierda, eh? Y todo el tiempo pensé que lo era yo

Camino más hacia el agua. Sus manos se enredan con fuerza en mi cuello.

- Está bien Peter, se ha terminado la broma. Bájame. No me lances. Prométemelo

Ingreso al agua. El suelo del lago es suave, cosa que hace que mis pies se hundan. El agua está a la altura de mis rodillas. Paso a Leo y Euge quienes se están lanzando agua, completamente mojados.

- No te voy a lanzar – le digo a Lali mientras volteo en una esquina del lago para tener privacidad – te lo prometo – nadie nos puede ver ahora
- ¿En serio? – pregunta, mirándome a los ojos
- No. Pero, aguanta la respiración o tu boca se llenará de agua

Antes que pueda preguntar por qué, nos hundo. Ella intenta alejarse de mí apenas salimos a la superficie, pero yo la sostengo fuerte contra mi pecho. Puede que la haga enojar, pero no quiero que se ahogue del susto o se hunda por su pantalón.

- Cómo pudiste….tú! – dice, realmente enojada
- Fue bastante fácil,  la verdad – digo, sosteniéndola aún más fuerte mientras intenta zafarse

Ella salpica agua en mi cara.

- No hagas eso – le digo

Lo vuelve a hacer, así que la dejo ir. Se las arregla para ponerse de pie, lejos de mí. Lali está a punto de lanzarme agua como si fuéramos niños, pero no lo somos. Me acerco a ella. Ella empieza a lanzarme agua, pero no hago nada. No me importa que el agua me caiga en mi rostro y ojos, sigo caminando hasta que la alcanzo y la sostengo de la cintura, así no puede mojarme más.

Coloco sus manos detrás de su espalda y la empujo contra mi cuerpo. Está tan cerca que puedo sentir sus senos presionados contra mi pecho. Cuando me mira, nuestros labios están a escasos centímetros. Su cabello está goteando, completamente mojado, su rostro lleno de gotas de agua que se iluminan con el sol.
No entiendo cómo es que pude pensar en ella como si fuese cualquier chica.

- ¿Qué vas a hacer ahora que estoy indefensa? – pregunta
- Estás equivocada Lali, yo soy el indefenso – le susurro en el oído
- Oh – dice, sus ojos abiertos

Suelto de a pocos sus manos mientras deslizo mis labios por su mejilla. La sensación de su piel suave contra mis labios combinado con su cuerpo presionado al mío me está volviendo loco. Mierda. Cuando mis labios alcanzan la esquina de su boca, suelto sus manos y las muevo hacia su cintura. Al mismo tiempo, deslizo mis labios junto a los suyos. Ella suspira y respira rápido mientras nuestros labios se mueven lentamente.

Es erótico. Muy erótico. No voy a profundizar el beso, eso le toca a ella. Voy a hacer que desee tanto esto que va a preferir morir si es que no siente mi lengua contra la suya. Ella va a querer esto más que yo. Pero hay un problema. Mi cuerpo me está traicionando, por suerte estamos bajo el agua. Cuando alza sus manos y las enreda en mi cuello, sé que ella quiere esto. Voy a hacer que me ruegue por esto y nos besaremos como si no existiera el mañana. Luego, voy a irme como si no me importara nada. Sí, cruel. Pero tengo que probarle por una vez, que soy un ex convicto. Está tatuado en mí, y quedará para siempre.

Y llega el momento. Lali suspira fuerte y abre su boca. Es ahora, este es el momento en el que su lengua tocará la mía. Sonrío satisfecho. Mierda, quiero esto, muero por estar más cerca de ella. Sigue abriendo su boca; soy un besador paciente pero….nada…¿dónde está su lengua?
Me retiro.

- ¿Qué mierda estás haciendo?
- ¿Qué quieres decir con eso? – pregunta, inocentemente
- ¿Dónde está tu lengua? – pregunto estúpidamente
- En mi boca. ¿Dónde más va a estar?

La dejo ir, me alejo apenas.

- ¿Me estás bromeando, verdad?

Se encoge de hombros.

- Tal vez
- Estabas intentando que me ponga todo caliente para así fastidiarme por haberte mojado, ¿verdad? Admítelo. No eres la pequeña Lali inocente que quieres que todos crean.
- ¿Y, qué estabas haciendo tú Peter? ¿Acaso no intentabas ponerme caliente al propósito?
- No tienes idea

Lali empieza a caminar hacia la orilla. Me quedo solo. No es como pensé que acabaría esto.

- ¿Así que simplemente te vas a ir?
- Sí – dice, dándome la espalda – tú fuiste el que dijiste que necesitábamos dejar las cosas hasta que el viaje terminara. Estoy siguiendo tus reglas

Desearía seguirla, pero necesito quedarme bajo el agua hasta que mi cuerpo se enfríe.

- Dije que necesitábamos calmar las cosas
- Yo estoy calmada – dice, sobre su hombro
- Yo no – estoy caliente y molesto

Mi ego ha sido maltratado. Pero intento olvidarme de ello y salgo del agua. Me recuesto en la arena y me pregunto si necesito otra táctica.

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