martes, 10 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Cuatro

Lali

Me detengo cuando Peter se esconde en la oscuridad; quiero que escuche mi historia. El accidente cambió mi vida para siempre, y si hay alguien que debe escuchar mi versión, es él. Él me lo debe. El hecho que se haya ido significa que no le importa….sobre mí, sobre lo que me pasó, y nuestra relación.

- Aún tengo las cicatrices – digo, intentando que mi voz no se quiebre – por dentro y por fuera. Un chico que me gustaba fue acusado de atropellarme, y él fue a la cárcel. La parte triste es que, el accidente no sólo nos afectó a los dos, sino a nuestras familias…y a nuestro pueblo también. Ninguno de nosotros ha sido el mismo desde ese entonces
- ¿Qué pasó con el chico? – pregunta una rubia - ¿Qué le pasó a él?
- No lo sé. Creo que me culpa por ser la razón por la que fue a la cárcel
- Eso es estúpido – murmura la chica
- Si cometes un error, debes pagar el precio – dice uno de los consejeros

La chica no tiene idea de la verdad, que Peter no cometió ningún error, pero igual lo pagó. Euge es la siguiente; cuenta que estuvo en una fiesta de la secundaria cuando alguien colocó cocaína en su cartera. Cuando los policías la detuvieron por exceso de velocidad, la arrestaron porque le encontraron la droga. Nico finaliza la sesión con un agradecimiento para todos. 

Cuando llegamos a nuestra habitación, Nicolás ingresa hecho una furia.

- Peter! – grita y nos asusta a todos – levántate ahora mismo!

El aludido está recostado en su cama, su brazo detrás de su cabeza. Está usando unos pantalones sueltos y sin camisa.

- ¿Cuál es el problema?
- Baja de la cama – Peter sigue la orden – discúlpate con Lali por haberte ido – demanda Nico al tiempo que me señala – fue completamente irrespetuoso y rudo
- Lo siento – murmura Peter, sin sinceridad en su voz. Furiosa, me acerco
- ¿Por qué actúas todo el tiempo como un imbécil? – Peter se ríe
- Porque lo soy
- ¿Por qué haces esto? – este no es el verdadero Peter, con el que nací
- No hago nada. Este soy yo, querida. Tómalo o déjalo
- ¿Qué pasa entre ustedes? – pregunta Euge
- Nada – le digo – no pasa nada, ¿verdad Peter?

Cojeo fuera de la cabina, con esa necesidad de mantener distancia con los demás. Cuando siento el aire cálido en mi rostro, me siento mejor. Mientras camino hacia el jardín, noto la presencia de Peter detrás de mí. Lo ignoro, incluso si mi estómago está revoloteando. Tengo tanto para decir.

- Lali – dice él

Continúo caminando. Cuando me alcanza, cambio de dirección y cojeo lejos de él.

- Déjame en paz – digo por encima de mi hombro
- ¿Qué quieres que haga, que te escuche decir que te atropellé con mi auto mientras estaba borracho? ¿Que luego te dejé en medio de la pista mientras morías? ¿Que fui a la cárcel y cuando salí nosotros empezamos a…. – vacila y presiona sus palmas contra sus ojos
- ¿Una relación? – pregunto
- Como quieras llamarlo. Nunca hubiese funcionado
- Ni siquiera nos diste una oportunidad
- Tu madre me odia. Mis padres se volverían locos si nos ven juntos. Mierda, Lali, incluso Nico me dijo que me alejara de ti. Deberías agradecer que me fui, porque es obvio que tú aún esperas que algo pase entre los dos

Camino hacia Peter, tan cerca que puedo sentir su calor y energía radiando.

- Tienes que superar tus miedos. Lo que tuvimos fue una corta aventura. Te he olvidado tanto que ya ni siquiera es gracioso
- Vamos Lali. Admite que hay una parte de ti que aún me quiere, aunque intentes actuar como si me hubieras sacado de tu sistema. Protestas mucho
- No siento nada por ti – Peter enreda sus dedos en mi muñeca
- ¿En serio?

Trago. Su tacto me hace recordar a lo que vivimos. Esos dedos una vez tocaron mi piel. Cuando lo miro a los ojos, me olvido de todo porque esos ojos verdes intensos son tan de Peter que me llena el alma. Me suelto de su agarre, determinada a romper cualquier hechizo que tenga con él. Al tiempo que me alejo, volviendo a la habitación, escucho que se ríe detrás de mí. Me detengo y volteo.

- ¿Qué es tan gracioso? – pregunto. Su risa se transforma en una sonrisa
- Me lo imaginaba
- ¿Qué cosa?
- Por qué insistes en que lo nuestro se ha terminado – cruza sus brazos en su pecho – es porque intentas convencerte a ti misma que se ha terminado. Pero ambos sabemos que todavía hay algo
- Estás delirando. La única cosa que sucede entre los dos es resentimiento y odio. Y no sólo hablo por mí. Yo estoy resentida contigo, tanto como tú conmigo
- ¿Segura? – se acerca y yo me alejo
- Sí, segura. 150% segura
- Entonces, pruébalo – achino mis ojos, creyendo saber a lo que se refiere
- ¿Cómo?
- Bésame Lali. Aquí mismo, ahora mismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario