martes, 17 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Catorce

Lali

Me subo a la plataforma, enredo la cuerda (que cuelga del árbol) alrededor de mi cintura, y miro hacia abajo. Peter está de pie ahí, con sus brazos listos para sostenerme. De pronto, este ejercicio va más allá de sí creo que él me va a coger o no. Por eso es que he estado tan molesta; estoy enojada con él por ocho meses. Desde que me enteré que me había mentido; desde que me dejó sin decirme la verdad. Pienso en todas estas cosas que no he dicho y que debería. Hay tanta deshonestidad entre los dos.

- No puedo – digo
- ¿Por qué? – pregunta Peter

Todos me miran, esperando una explicación. A pesar que no quiero hablar de esto en frente de todos, estoy cansada de los secretos. Quito la cuerda de mi cintura.

- No voy a hacerlo
- No dejaré que te caigas – dice Peter – lo prometo

Observo sus ojos verdes que se oscurecen cuando está triste.

- No tiene nada que ver con eso – digo – se trata del accidente. Todo este ejercicio se trata de la confianza. La verdad es que no confío en ti
- Esto se está poniendo bueno – dice Leo
- Cállate por una vez, Leo, o yo lo haré – dice Peter. Sus manos están en forma de puño – después de todo lo que hemos pasado, creo que merezco que confíes en mí – dice

No lo entiende. Como quisiera que me diga la verdad del accidente, en mi cara. Es la única manera que continuemos. Tengo que dejar atrás las mentiras.

- Enfréntate a los hechos, Peter. Tú tampoco confías en mí – digo, sin poder detenerme. Lágrimas recorren mis mejillas mientras camino hacia él – me mentiste! Lo menos que pudiste hacer después que empezamos a acercarnos era ser honesto

Me mira, sus cejas juntas, con ojos confundidos.

- Dime la verdad sobre el accidente, Peter. Te reto – sacude su cabeza y se aleja de mí
- No lo hagas - dice
- Dile a todos lo que realmente pasó esa noche – abro mis brazos y miro hacia el cielo – grítalo y libéranos a todos de las mentiras!
- Aleluya! – dice Leo, como si estuviera en la iglesia

Peter corre hacia Leo y lo golpea. Leo golpea de vuelta. Estoy asustada y estoy gritando para que se detengan. En un instante, Nico jala a Peter y empieza a gritarle que se calme.

- Peter, tranquilízate – ordena Nico
- No! – grita Peter, soltándose del agarre de Nico
- Esto no se trata de Leo! – grito, intentando atraer su atención – se trata de mí y de ti

Peter me mira. Esta respirando con dificultad y sus ojos se ven fieros e intensos. No está listo para tranquilizarse, no por un buen rato.

- Yo soy la que fui atropellada por ese auto, no tú – digo – no actúes como la víctima. Tomaste decisiones que no te pedí que tomaras. No estoy segura de quién te ordenó que lo hicieras – estoy gritando - ¿crees que me gusta cojear? Yo soy la víctima! Sé honesto conmigo! No me querías lo suficiente como para decirme la verdad. Te di mi corazón, pero no fue suficiente – empiezo a alejarme, las hojas sonando con mis pisadas
- Pongamos las cosas claras, querida – dice, detrás de mí – nunca te pedí que fueras mi enamorada

Me detengo y me volteo, mirándolo.

- No, no preguntaste. Pero ten por seguro que hiciste de todo para que fuéramos una pareja. Me besaste en el árbol del parque de Paradise. Me dijiste que querías estar dónde yo estaba en la casa de Julia. Fuiste el que… - siento un nudo en la garganta – dijiste que lo nuestro era real, pero todo fue una mentira. Admítelo
- ¿Qué quieres que te diga, Lali?
- La verdad! Es lo que siempre he querido
- No puedo
- ¿No puedes o no quieres?
- ¿Cuál es la diferencia?

Me limpio las lágrimas porque empiezan a bloquear mi visión. Ya no me importa que todos estén atónitos y no nos dejen de mirar.

- Eres un cobarde! Todos los chicos en mi vida me han decepcionado. Primero mi padre, ahora tú
- Yo no soy como tu padre. No me insultes ni me pongas en la misma oración que él – río
- Él me dejó y me traicionó, dejándome sola y nunca regresó para preguntarme si estaba bien. Tú me traicionaste al dejar Paradise y nunca volver la vista atrás a ver si estaba bien. Él me miente, tú también. Eres exactamente como él
- No tienes idea de nada, Lali

Empiezo a cojear hacia el otro lado, dirigiéndome a la oficina, a la camioneta, o…no sé a dónde voy, sólo necesito estar lejos de él. Tal vez si pongo algún espacio entre los dos, el dolor que siento en el corazón dejará de doler.

- Las mentiras son fáciles de digerir, más que la verdad Lali – grita Peter

Esta vez no me sigue. Me detengo, pero no volteo

- Estás equivocado
- La verdad es que no quería tener nada contigo cuando salí de la cárcel. Te culpaba por ser la razón de estar encerrado, por arruinar mi vida. Y a pesar de las culpas y el resentimiento, me enamoré de ti. Tu maldito tarareo, tu maldita inseguridad, tu maldita vulnerabilidad…y esa vez que lloraste en mis brazos y te aferraste a mí como si fuera tu pilar de fuerza, me perdí porque sabía que todo lo que sucedía entre nosotros era real. Me odié por enamorarme de ti
- Así que te fuiste
- ¿Qué querías que haga? Teníamos que esconder nuestra relación de tu madre, mi madre estaba en drogas, mi padre es un maldito huevón, y mi hermana….bueno ya la viste. Se veía como una maldita fantasma
- Si tan solo dijeras la verdad…
- La verdad apesta! – grita Peter, lleno de enojo y frustración
- ¿Así que decidiste esconderte detrás de las mentiras, verdad? – ahora me volteo para verlo directamente a la cara

Diez segundos y nada. Peter golpea su puño contra el árbol. Sus nudillos están sangrando, pero parece no notarlo.

- La verdad es que yo no fui el que te atropellé! Fui a la maldita cárcel por todo un maldito año por algo que no hice! ¿Y, sabes qué? Fue una mierda. Me arrepiento de ese momento porque se supone que yo no debería de haber ido!

Sus ojos se agrandan, su respiración es rápida y furiosa. Se voltea y se enfoca en un Nico totalmente sorprendido, luego escanea al resto del grupo que están igual.

- ¿Contenta? – gruñe

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