martes, 10 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Seis

Lali

Ante las palabras de Peter, me enderezo y cruzo mis brazos sobre mi pecho.

- Eres asqueroso – susurro
- Gracias

Me meto dentro de las sábanas, sin querer ver en su dirección.

- Desángrate por todo lo que me preocupo
- ¿Quieres tu toalla? – pregunta, con su actitud estúpida

¿Por qué hace eso? Un minuto siento que está siendo él mismo, el Peter que solía conocer, y al siguiente minuto actúa como el chico que él quiere que todos crean que es.

- No
- ¿Ya terminaron de coquetear? – pregunta Euge – o admiten que ambos tienen algo o váyanse a dormir. O ambos
- No siento nada por él – declaro
- Solías tener algo – murmura Peter
- Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo olvidé? – murmuro de vuelta
- Anda a dormir, Lali – dice Peter – te estás volviendo repetitiva

Le doy la espalda. ¿Y, qué tiene si insisto que todo está terminado? Es verdad. Si soy honesta, creo que parte de mi aún desea regresar a las cosas como eran antes, cuando estábamos juntos. Pero sé que él es lo último que necesito en mi vida, y es obvio que Peter y yo pensamos igual. Él ha intentado alejarme, y está haciendo un gran trabajo.

Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y creo que me quedaré dormida, Euge empieza a roncar de nuevo. Observo a Peter. Está boca arriba, envuelto en la sábana, con sus brazos detrás de su cabeza. Obviamente no está durmiendo. Como si sintiera mi mirada, se voltea y me mira. Las literas no están tan separadas, si estiro mi mano puedo tocarle el hombro.

Suspira y sacude suavemente su cabeza, luego voltea la mirada. Me pongo de espaldas a él y me enfoco en la pared. Cuando me llamaron de la terapia física preguntándome si quería ser parte del programa, realmente pensé que esta sería la oportunidad que cambiaría mi vida. Pensé que podría compartir mi experiencia con otras personas en lugar de mantener mis sentimientos dentro de mí.

Desearía que Peter sienta lo mismo y pueda dejar el pasado atrás. Para ser honesta, no creo que él lo deje hasta que admita la verdad. Él no tiene ni idea que yo sé que él no me atropelló. He deseado decirle lo que sé; pero no puedo.

A la mañana siguiente, encontramos que Leo había dormido afuera de la habitación por lo que había terminado con la cara toda roja por el sol. Nicolás decidió llevárselo a él junto con Peter a la enfermería; este último por el corte en la mano. El resto nos fuimos al comedor, a desayunar.

- ¿Así que…que es lo que sucede entre tú y Peter? – pregunta Benja al tiempo que nos unimos a la fila
- Es muy complicado – cojo un cartón de leche y lo miro -¿Necesitas ayuda? – pregunto cuando coge una bandeja y se balancea
- No, tranquila. Linda forma de evadir la pregunta, Lali
- No la evado – le digo y él alza una ceja, no convencido

Euge y Paula se sientan en el lado opuesto a nosotros. ¿Qué debo decir? ¿Qué tanto debo contarle a Benja? Este viaje se supone que se trata de decir todo y no guardar nada.

- Peter y yo tuvimos una relación cuando salió de la cárcel – me mira sorpreso
- ¿Por qué fue a la cárcel? – pregunta Benja
- Eh… - me tomo un segundo para pensar qué decir
- Dile, Lali – dice Peter, apareciendo de pronto – suéltalo – se da un silencio – por atropellar a Lali mientras manejaba ebrio – Benja abre la boca en sorpresa
- Mierda. ¿En serio?
- Cierto. ¿Verdad, Lali? – Peter achina sus ojos como si yo lo hubiese traicionado - ¿Por qué no lo anunciamos a todo el comedor
- No
- Vamos, La. Ponle algo de aventura
- No hablas en serio – digo y él se aclara la garganta
- Mírame

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