miércoles, 4 de abril de 2012

Dejando Paradise: Treintiuno

Peter

Me siento tan frustrado y no entiendo nada. ¿Por qué Lali insiste en hacerme sufrir? ¿Es que no le basta con haberle dicho a Nicolás que no me quiere ni a un centímetro cerca de ella? Nicolás vino esta mañana y me contó que ella había puesto una denuncia contra mí, que la acosaba; luego, ella viene y dice que no me odia, y me besa. Encima, me han suspendido de las clases por mi “comportamiento extraño”. Y, para rematar la situación, he descubierto que mi madre está tomando antidepresivos desde que estuve en la cárcel; y, Rochi siempre lo supo y nunca ha hecho nada.

- ¿No le has contado que yo fui la que la atropellé, verdad? – me pregunta Rochi cuando Lali se ha ido del parque. Yo niego con la cabeza – pero, tú y Lali. Vi cómo la mirabas y sé….
- ¿Qué? – pregunto rápido, luego la miro directamente a los ojos
- Mezclarte con Lali puede arruinar nuestra familia, Peter
- Déjalo, Rochi. Lo digo en serio.

Cuando llego a casa, mis padres me están esperando.

- ¿Dónde estuviste ayer por la noche? – pregunta mi padre, con la voz rígida
- Visitando a un amigo. ¿Cuál es el problema? – mis padres se miran uno al otro - ¿Qué?
- Vi a Lali caminando en dirección al parque – dice mi padre
- ¿Y? Es un país libre, papá. Las personas pueden caminar por dónde quieran
- Sólo no queremos que te metas en problemas. Las personas hablan – dice mi madre
- ¿Sobre qué?
- No quiero discutir sobre ello – die mamá
- Hablemos de eso ahora. Aquí mismo, ahora
- Peter, por favor, no tan fuerte – dice mi madre, observando alrededor, a los vecinos, asegurándose que no estén presentes en la escena
- ¿Qué es lo que está diciendo la gente?
- Nada, Peter. Todo está bien. Ahora, deja esta tontería
- ¿Están diciendo que he empezado a pelearme en el colegio? – digo, lo más fuerte que puedo - ¿Están diciendo que acoso a Lali? ¿Obligando a mis amigos a tomar alcohol? ¿Creen que es cierto, verdad?
- Has cruzado la línea – dice mi padre – cálmate. Puedes disculparte con tu madre antes de la cena

No lo resisto más. Besar a Lali, la suspensión del colegio, las manipulaciones de Belén, las advertencias de mi hermana, mis padres sin poder enfrentar la realidad, el problema adictivo de mi madre, los rumores falsos…todo me está volviendo loco.

- No voy a dejar este tema hasta que lo hablemos – digo y miro a mi hermana
- ¡Peter! – chilla Rochi – por favor, detente
- Esta es mi casa – dice mi padre – mientras vivas aquí, vas a estar bajo mis reglas. Ahora, anda a tu habitación, deja a tu madre en paz, y….¡cálmate!
- Me voy – digo

Pienso en Lali, la chica que yo creía que no merecía mirar. Pero, ahora sé que es la chica más fuerte que he conocido. Ella me contó lo que sucedía con Belén antes del accidente, ella va al colegio a pesar que las personas se ríen por la forma en que camina, y trabajo muy duro con Julia para lograr su sueño de ir a España. El accidente la hizo más fuerte. Mierda, ella me hizo una persona más fuerte.

- ¿A dónde crees que vas? – demanda mi padre
- Voy a empacar; y, después me voy de aquí. No puedo vivir con gente que da vergüenza. Y tú tampoco deberías
- Este es quién eres, hijo. El accidente nos cambió….a todos. Estábamos bien hasta que malograste todo
- ¿No quieres regresar a lo que era antes? Yo haría lo que sea para que esta familia sea normal
- Debiste pensar en ello antes de atropellar a Lali. Nunca pensé que se lo diría a mi propio hijo, pero….eres un bastardo egoísta, Peter Lanzani

Me alejo de ellos, yendo hacia mi habitación. Saco una maleta y meto todo lo que se me ocurre, sin realmente estar pensando en lo que hago. En cinco minutos he terminado, luego observo mi cuarto por última vez. Cuando estoy a punto de salir, Rochi me interrumpe el paso.

- No te vayas – ruega
- Sal de mi camino
- Mamá y papá te necesitan, Peter. Yo te necesito – río
- Mamá y papá estarán bien. A ellos les gusta vivir en la negación. Y tú….tú tienes que superar el accidente. Enfrentarte a los hechos antes que personas como Belén te obliguen a hacerlo. Ya no puedo protegerte; es tiempo que lo hagas tú misma.

Salgo de la habitación. No tengo idea de a dónde voy a ir o qué es lo que voy a hacer, pero me siento libre. Colgándome la mochila al hombro, empiezo a caminar. Cuando llego a la casa de Lali, no la veo, pero sé que está adentro. Me despido en silencio y sigo caminando.

Paso la fría y solitaria noche en el mirador de Julia. Cuando una estrella fugaz vuela en el cielo, yo la observo. Me pregunto si ella me está dando una señal. 

1 comentario:

  1. Me gusta como se va desarrollando, me da lastima q tenga q estar separados por tantas mentiras q hay en el medio! Espero Más!

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