jueves, 10 de mayo de 2012

Regresando a Paradise: Epílogo

Lali

- Bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Chicago. Por favor espere hasta que el avión se detenga por completo antes de desembarcar

Mi corazón está latiendo demasiado rápido. Recojo mi mochila cuando el avión se detiene por completo y rápidamente cojeo hacia el recojo de maletas, ignorando el dolor en mi pierna.

Peter no está aquí. Mi madre sí. Ella corre hacia mí y me abraza fuerte. Carlos está con ella, espero que sea una buena señal. Mi padre me visitó en España por Año Nuevo y conversamos sobre un montón de cosas. Él nunca será un padre espectacular, pero creo que hemos empezado a mejorar las cosas entre nosotros.

- ¿Tuviste un buen viaje? – pregunta Carlos – estoy seguro que mueres por una buena comida Americana
- Definitivamente muero por alguna torta hecha por Irina – le digo, sonriendo

Cuando tengo mi maleta, conducimos de regreso a Paradise, mi madre me hace miles de preguntas acerca de mi pierna. Le respondo, pero en lo único en lo que puedo pensar es: ¿dónde está Peter? El último correo electrónico que me llegó de él, decía que me vería apenas llegara a casa. Pero, eso fue hace como tres semanas; muchas cosas pueden haber pasado.

- ¿Sabes algo de Peter? – pregunto, intentando no sonar desesperada
- Él vino esta tarde y dejó una nota en tu habitación – dice mi madre

Una nota. Las notas son malas.

- ¿Dijo algo cuando la dejó?
- No. Solo preguntó si podía dejar una nota y yo le dije que estaba bien. Estuvo en la casa menos de dos minutos.

Cuando llegamos a casa, lo primero que hago es correr hacia mi habitación. Encima de mi cama, hay un sobre. Al frente Peter ha escrito: Lali. Cojo el sobre con manos temblorosas y lo abro. Cierro los ojos y tomo un gran respiro, luego leo:

“¿Recuerdas el árbol? Anda ahí, y espérame”

¿Eh? ¿El árbol del parque Paradise? Le digo a mi madre que volveré más tarde. Está casi oscuro pero el parque no está lejos. Me dirijo hacia el árbol, pero no hay nadie ahí, excepto una pequeña ardilla corriendo en el jardín. Espero diez minutos, mirando hacia el árbol y preguntándome por qué él quería que espere aquí y por cuánto tiempo. Justo cuando empiezo a sentirme insegura, veo una silueta corriendo hacia mí.

Reconozco a Peter en cualquier parte. Mi corazón se dispara.

- ¡Lali!

Se sitúa frente a mí, completamente sin aire. Está usando unos jeans y una blusa blanca. Parece que no se hubiese afeitado por semanas y su cabello está despeinado.

- Lo siento por llegar tarde – acaricia mi cabello que ahora está largo – te ves increíble Lali. Diferente
- Gracias – digo – tú también

Sin poder contenerme más, enredo mis brazos alrededor de su cuello.

- Te extrañé – le digo

Sus manos se colocan en mi cintura y me pega contra su cuerpo.

- Tengo tantas preguntas que hacerte. Pero primero….

Pienso que nos vamos a besar, pero en lugar de eso él saca algo de su bolsillo. Es un pañuelo.

- ¿Para qué es eso? – pregunto
- Voltéate – alzo una ceja – confía en mí, Lali – le hago caso
- Iba a besarte

Gentilmente coloca el pañuelo sobre mis ojos y lo anuda.

- Lo harás. Lo prometo. Sólo…sé paciente

No lo soy. Mientras estuve en España, mis sentimientos hacia Peter se hicieron más fuertes. Conocí a los amigos de mis compañeras de cuarto y salí con ellos, pero ninguno me hacía temblar de emoción como Peter.

- No puedo ver nada – digo, mientras me lleva hacia un auto
- Ese es el punto, querida

Siento que conduce hasta que nos detenemos. Abre la puerta y me ayuda a salir. Ríe mientras pone una mano en mi cintura y me lleva hacia sabe dios dónde.

- ¿Dónde estamos? – pregunto
- Pronto lo sabrás. Está bien, detente
- ¿Puedo quitarme el pañuelo?
- No. Todavía

En un instante, Peter me carga en sus brazos. Yo enredo mis brazos en su cuello.

- ¿La última vez que me sostuviste así me ahogaste en el agua
- Confía en mí, Lali
- Lo hago. Pero tengo que ser honesta y decirte que hueles como un chico que acaba de salir del gimnasio
- He estado trabajando. Prometo ducharme después de enseñarte algo

Camina un poco más, luego se detiene.

- Está bien, quítate el pañuelo

Cuando lo hago, inmediatamente me doy cuenta de dónde estoy. En el mirador de la señora Julia. Todo el suelo está cubierto de almohadones y pequeñas velas alrededor. Encima de los almohadones hay pequeños pétalos rojos y blancos.

- Es perfecto – digo, casi sin aliento al tiempo que camino descalza sobre los almohadones – ¿Y, Julio y Leo?
- Les dije que duerman en otro lugar por esta noche. Esta noche quería estar a solas contigo
- ¿Solos? – pensamiento ocultos recorren mi mente. Sonrío - ¿en serio?
- Sí. Ha pasado tanto tiempo que tenía miedo que regresaras y me dijeras que no querías verme de nuevo
- Tenía miedo acerca de lo mismo – admito

Ambos reímos, y por alguna razón nos hace sentir mejor que ambos estemos nerviosos.

- ¿Has visto al bebé de Belén y Pablo? – pregunto
- Sí. Es una linda chica, aunque creo que Belén la va a volver una pequeña diva
- ¿Cómo anda su relación? – pregunto
- Más o menos, pero lo están intentando. La última vez que vi a Belén, casi ni me habló. Sospecho que se ha dado cuenta que no la veo como la diosa que ella piensa que es
- Bien
- Lali, quiero decirte algo – dice serio al tiempo que nos sentamos en los almohadones
- No. Déjame decirte lo que quiero decir, primero – tomo un gran respiro

Voy a decirlo, sin preocuparme por las consecuencias. Miro a Peter, bajo las luces tintineantes, y los hermosos pétalos a nuestro alrededor.

- He estado guardando esto porque tenía miedo. Puedes aplastar mi corazón como mi padre lo hizo con mi mamá. Tienes todo el poder sobre mí – una lágrima se escapa de mi ojo – aún te amo, Peter. Me enamoré de ti justo en este mismo lugar y desde instante no he dejado de amarte. Estar separado de ti este año no ha cambiado nada

Peter mira alrededor, como si estuviera pensando en algo qué decir, pero no sabe cómo ponerlo en palabras.

- Desde que nos quedamos encerrados en el ático de Julia, supe que me estaba perdiendo de una chica que realmente se preocupaba por mí. Estuve ciego por tanto tiempo
- ¿Qué va a pasar cuando me vaya a la universidad?
- Iré a visitarte cada vez que pueda. La universidad no está tan lejos – toca mi nariz – quiero besarte, pero necesito ducharme primero – se levanta y empieza a caminar hacia la casa – sólo….espera aquí y no te muevas hasta que regrese. Tengo una sorpresa para ti

Estoy confundida, pero prometo no moverme hasta que regrese. Me recuesto en los almohadones. Se siente tan bien estar de regreso en Paradise, con Peter junto a mí. Sé que está trabajando en la construcción e intentando ahorrar dinero para la universidad. Puede hacerlo. Estoy segura.

Peter regresa diez minutos después, completamente limpio. Su camisa muestra sus brazos musculosos, que están más grandes que la última vez que lo vi. Me mira con una intensa expresión. En el pasado, cada vez que él me miraba así, solo quería pincharme y despertarme de un sueño. No sé en qué momento cambió eso. Creo que fue cuando él me preguntó si quería ser su enamorada.

- ¿En qué piensas? – me pregunta, sonriendo
- En ti
- Espero que algo bueno – sonrío
- Lo es

Golpeo suavemente los almohadones, para que se siente. No nos hemos besado todavía, y no estoy interesada en ser paciente. De hecho, a este punto no tendría problema en besar a un sudoroso y apestoso Peter.

- Ven, siéntate conmigo

En lugar de sentarse, me extiende sus manos.

- Tengo una sorpresa para ti

Me ayuda a ponerme de pie y me entrega algo que parece un control remoto.

- No vas a taparme los ojos de nuevo, ¿verdad? – pregunto
- No

Me guía hacia el garaje. A la justas puedo ver algo de una gran estructura. No veo exactamente que es. Peter está detrás de mí, sus brazos abrazándome fuerte.

- Aprieta el botón – susurra en mi oído

Cuando lo hago, toda la estructura se ilumina con luces que tintinean.

- ¿Un castillo? – una versión mucho más grande que el castillo del parque de juegos
- Estaba terminando con los últimos retoques cuando llegó tu avión y perdí el tiempo
- Es un castillo – digo, sin saber qué decir – no puedo creer que me hayas hecho un castillo

Toma mi mano y me guía hacia la estructura. Hay más pétalos en el suelo, alrededor de un montón de almohadas y sábanas en el medio.

- Esto es como el paraíso – murmuro al tiempo que observo el cielo
- ¿El paraíso, eh? – dice, sentándose en las almohadas
- Definitivamente – estoy en shock cuando me siento a su lado – esto es increíble, Peter. ¿Lo construiste tú mismo?
- Leo y Julio me ayudaron, pero yo lo diseñé

Miro al chico que se ha convertido en un hombre y que es el amor de mi vida. Saco una pequeña caja de mi cartera y se la entrego.

- Toma. Es un regalo que te traje. Tomé una clase de cómo hacer joyas – saca el collar que está atado a un pendiente – es una espada – él ríe
- Sé lo que es. Está increíble. Me gusta – se lo cuelga alrededor de su cuello
- Simboliza la fuerza – digo – me hace acordar a ti

Sorprendiéndome, Peter se arrodilla en frente de mí. Parece que mi corazón está a punto de salirse. Se aclara la garganta, toma un gran respiro y endereza sus hombros.

- Está bien, aquí está el trato. Fue una mierda estar lejos de ti. Cada día había algo que me hacía acordar de ti

Sostengo su rostro entre mis manos. Mis labios quedan a milímetros de su boca.

- ¿Crees que lo lograremos, Peter? ¿Crees que duraremos?
- Hemos estado en el infierno y hemos vuelto. Lo haremos. Te amo Lali, y siempre lo haré
- ¿Lo prometes?

Nos recostamos en las almohadas, y él planta un beso suave y lento en mi cuello.

- Confía en mí – susurra contra mis labios – Lali, tú eres mi paraíso

....FIN....

3 comentarios:

  1. Me mato, donde hay un chico así para mi eh?? (si le podemos sacar algunos de los quilombitos q tuvo q pasar no me ofendo je!). Increíble historia, me fascino. Espero q no sea la ultima y q sigas publicando! Gracias por compartirla!

    ResponderEliminar
  2. Mais primer fic que leo en tu blog, excelente! Me encantó! Soy verjar del Foro, y @RiveroVanesa de TW. Saludos desde Argentina!

    ResponderEliminar