Thiago y yo sólo somos compañeros en una clase, así que
llamar su atención no es tarea fácil. Todos los días en Historia Británica
intento escoger un sitio para estar cerca de él. Y en el lapso de dos semanas,
él se ha sentado a mi lado. Le sonrío y le digo hola. Él me sonríe y me
pregunta cómo estoy. Luego abre su cuaderno o saca su celular por debajo de la
mesa, por lo que nuestra conversación termina. No actúa de forma descortés ni
nada parecido; simplemente no parece estar del todo interesado en conocerme.
¿Y, por qué debería estarlo? Él no tiene ni idea del futuro que nos espera.
Así que durante una hora al día lo observo en secreto,
tratando de memorizar todo cuanto puedo. Le gusta llevar la camisa abrochada y
arremangada hasta los codos, y el mismo modelo de jeans en tonos distintos.
Utiliza cuadernos de papel reciclado y escribe con un lapicero verde. Es
inteligente, modesto y divertido. Le gustan las pastillas de menta. Se
encuentra con Luna cada día a la salida de la clase. De modo que sólo dispongo de
los preciosos minutos previos a la clase, y hasta el momento nada de lo que he
hecho ha obtenido una respuesta significativa por parte de él. Pero mañana es
el día de las camisetas. Necesito una que inicie una conversación.
- No te estreses – dice Cande mientras hago un desfile de
camisetas
Está sentada en el suelo de mi habitación, las piernas
recogidas, la viva imagen de una buena amiga asesorando en cuestiones de moda.
- ¿Qué tal una de un grupo? – pregunto y le enseño una negra
de una gira de las Spice Girls
- Esa no
- ¿Por qué?
- Hazme caso
Le enseño una camiseta rosada que dice: el mundo adora a una chica de california. Cande se burla.
- Creo que mi hermano tiene pensado ponerse una camiseta que
dice: vuelve a california
- Imbécil. ¿Qué problema tiene con California? – Cande se
encoge de hombros
- Es una larga historia. En resumen, mi abuelo era el dueño
del Lazy Dog Ranch, y ahora está en manos de gente rica de California. Mis
padres sólo lo dirigen y mi hermano está furioso. Además, tú insultaste a su
Bluebell
- ¿Bluebell?
- Aquí no puedes faltarle el respeto a la camioneta de un
hombre sin sufrir consecuencias – río
- Bueno, ya debería haberlo olvidado. Ayer intentó humillarme
en la clase de Historia Británica. Estaba concentrada, tomando apuntes como una
buena chica, cuando de la nada Peter levanta la mano y me acusa de ser una
bruja
- No me extraña viniendo de él – reconoce Cande
- No puedo creer que compartieras útero con él – sonríe
- Hay momentos en los que yo tampoco me lo creo – dice – pero
es un buen chico, sólo que a veces lo esconde
A la mañana siguiente, Stefano entra en la cocina con una
camiseta que dice: si los idiotas pueden
volar, este sitio sería un aeropuerto. Sé que en el colegio a todos les
parecerá divertido y nadie se ofenderá, porque él cae bien a la gente. Así de
simple son las cosas con él. Cande llega con una camiseta en la que se lee: los caballos se comieron mis deberes. Finalmente
yo fui con una camiseta con una imagen de Elvis y una frase de una de sus
canciones.
Me sorprende que Luna no haya ido aquel día, seguramente se
quedó pensando toda la mañana en qué camiseta ponerse, la que combinaba mejor
con su ropa. Así que aprovecho para estar pendiente de Thiago y ver si esta vez
me puedo acercar a él. Por primera vez, no almuerzo en la cafetería y sigo, sin
que se dé cuenta, a Thiago hasta un restaurante de pizzas. Planeo hablarle,
haciéndome la sorprendida por verlo ahí; pero cuando llego, el lugar está
repleto. Lo localizo en el fondo, apretujado en una mesa circular junto a otras
cinco personas. Sin duda alguna no hay sitio para mí y no hay manera de que me
dé un paseo casual por el restaurante sin poner evidencia de un modo patético
de mis intenciones.
Encuentro una mesita en un rincón, al otro lado del salón de
juegos. Elijo la silla que está de espaldas a Thiago y sus amigos para que no
puedan verme la cara, aunque estoy segura de que si alguno de ellos me dirige más
de una mirada curiosa, reconocerá mi pelo. Mientras espero a que alguien venga
a tomarme el pedido, Thiago y dos de sus amigos se levantan y corren al salón
de juegos como niños que salen al recreo. Decido que es momento de aprovechar
la situación para conversar.
- Oye – dice uno de ellos, mientras me pongo de pie para
acercarme - ¿esa no es Bozo?
- ¿Qué? – pregunta Thiago - ¿Quién es Bozo?
- Ya sabes, la chica nueva. La de California
Tardo un buen rato en comprender que está hablando de mí. A
veces es una mierda tener un oído sobrenatural.
- No te quita los ojos de encima – dice su amigo
Aparto la vista de inmediato, mientras el nombre que acabo
de oír me cae en el estómago como una piedra. Bozo. Como el payaso.
- Tiene ojos saltones, ¿no? Como una lechuza – dice el otro
chico – cuidado Bedoya, quizás te está rondando. La chica está muy buena, pero
es de las que desprenden vibraciones malísimas. Es penoso, ¿no crees? – su amigo
ríe a carcajadas
- Bozo el Penoso. Es la mejor burla que he oído en mi vida
Sé que no intenta ser cruel conmigo; supone, como es normal,
que no puedo escucharlo desde el otro lado del bullicioso restaurante. Pero
escucho sus palabras como si estuviera hablando por un micrófono. Una ráfaga de
calor me recorre el cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Se me revuelve el
estómago. Tengo que salir de aquí rápido, porque si no voy a vomitar o ponerme
a llorar.
Pobre mar todo lo q le dicen, ahora peter q papel viene a hacer? pq los principales son mar y thiago no? Aparece alguna lali?
ResponderEliminarSólo para que no hayan dudas: los protagonistas son los tres, Mar, Thiago y Peter. Lo que sucede es que Mar se va a enamorar de Peter también..... :) Esta saga aún no está terminada, me parece que son tres libros y el último aún no sale, así que cuando termine de subir el segundo, daré una pequeña explicación de por qué los dos protagonistas son Thiago y Peter. Espero me hayas entendido :)
ResponderEliminarGracias por comentar siempre vale!