Después del colegio, espero a Cande en el estacionamiento. Hemos
quedado para estudiar en casa para un examen. No puedo evitar fijarme en el
auto de Thiago, aparcado como siempre en el fondo. Cande se acerca y me da un
golpecito en el brazo.
- Peter me dijo que hoy fuiste la reina – dice y aparto la
vista del auto de Thiago
- Sí, hoy ejercí el poder. Literalmente
- Ojalá te hubiera visto con el vestido. Tendrías que haber
venido a buscarme durante el almuerzo. Podría haberte ayudado
- No tienes que ayudarme con los trabajos de historia – respondo,
como si no quisiera abusar de ella
Pero, la verdad es que no sé cómo hacer para compartir un
mismo espacio con Ángela y Cande. Qué raro sería hablar de cosas normales como
el colegio o los chicos ahora que estoy tan acostumbrada a hablar de los ángeles
con Ángela. En las últimas semanas, apenas he visto a Cande en clase y en la
cafetería, donde sigo compartiendo mesa con las Invisibles. La mayoría de los días
después de clase he estado preparando con Ángela nuestro trabajo de historia.
- ¿Lista para el trabajo? – pregunto
- Sí claro, ya sabes que me encantan los trabajos – responde Cande
y río, distraída en Thiago y Luna
Están hablando junto al auto. Luna le sonríe. Mientras ella
habla acorta distancias, casi restregándose contra él. A él no parece
molestarle. Se besan. No es un piquito, sino un beso largo y lento durante el
cual ella enreda sus manos en el cuello y él la toma por la cintura, la
estrecha y la levanta. Luego, Thiago la aparta y acaricia su mejilla, colocando
un mechón de pelo detrás de su oreja. Le dice algo. Ella asiente. Le abre la
puerta del lado del conductor y ella sube. Él sube detrás de ella y cierra la
puerta. No puedo ver lo que pasa después, pero el auto no se mueve. No están
yendo a ninguna parte. No parecen una pareja que está a punto de terminar, como
me dijo Ángela, parecen felices.
- No me estás escuchando, ¿verdad? – dice Cande, levantando
la voz
Doy un respingo, sobresaltada, y me volteo hacia ella. Cande
inclina su cabeza, sus ojos entrecerrados.
- Lo siento – digo y sonrío - ¿te contó Peter que hoy lo hice
ejecutar? Está bien ser una reina
- Thiago tiene novia, como te habrás dado cuenta – dice – yo que
tú me olvidaría de él
- Qué tonta que eres – balbuceo
- Es la verdad
- No tienes idea
- Bueno, si te molestaras en contarme algo, tal vez la tendría
– responde, cruzándose de brazos
- Está bien, ya sé, estás celosa. Por eso te comportas como
una tonta
Aparta la mirada en un gesto que lo confirma. Está celosa de
Ángela, por todo el tiempo que hemos pasado juntas.
- Estoy harta de ver cómo babeas por Thiago Bedoya como si
fuera un dios, eso es todo
- ¿Y, a ti qué te importa, Can? – digo, perdiendo la
paciencia, ha sido un día largo – es mi vida. ¿por qué no dejas de ser
invisible de una vez y vives la tuya?
Se me queda mirando un rato, su cara enrojece poco a poco,
sus ojos brillan con las primeras lágrimas que su terquedad le impedirá
derramar. Me da la espalda. Puedo ver cómo sus hombros empiezan a temblar.
- Can…
- Olvídalo – responde, recoge su mochila y se la cuelga al
hombro – creí que éramos amigas de verdad. Me equivoqué
- Cande, claro que eres mi amiga – digo, retrocediendo un
paso – yo….
- No te ofendas, Mar, pero tú no eres el centro de todo – la miro
fijamente - voy a coger el autobús, me voy a casa – anuncia, apartándome para
pasar
Muy bueno lo de la reina isabel! y pobre cande, la trato mal, pero hay cosas q ella no puede saber!
ResponderEliminar@vale_cadenas