Regresando a Paradise: Treintaiuno

Lali

Estoy lavando la ropa por la mañana cuando suena el timbre de la casa. Cuando abro la puerta, Peter está de pie, con una taza en sus manos.

- Te preparé un café – dice, alcanzándomelo – me olvidé cómo es que te gustaba, así que le puse un poco de leche y azúcar. Si tuviera dinero, te hubiese traído comida gourmet y…

- No necesito gourmet. Tú sabes eso

Me gustaba que todo estuviera encajando perfectamente. Tomo la taza y lo invito a pasar.

- No tenías que haberme hecho un café

- Quería hacerlo. Además, me di cuenta que así puedo hablar con tu madre, ya sabes, algo así como darle las noticias que estamos juntos

- Ella ya está en el trabajo – le digo, mientras nos dirigimos hacia la sala, dónde está la canasta con la ropa seca – los domingos por la mañana suele estar lleno el restaurante

Aún no estoy segura de cómo reaccionará mi madre cuando se dé cuenta que Peter está de regreso, y aún peor cuando se entere que somos una pareja. Aún sigo intentando acostumbrarse al hecho que él haya decidido hacer las cosas oficiales. Es tan raro tenerlo aquí, en mi casa, trayéndome café solo porque quiere.

- ¿Ayer por la noche todo salió bien? – pregunto, mientras empiezo a doblar la ropa

- Le conté a mi padre y a Rochi sobre nosotros – dice, mientras se recuesta en la esquina del sofá

- ¿Qué dijeron? – digo, dejando de doblar. Él se encoge de hombros

- No importa

Sí, claro que importa. Sé que lidiar con su familia es un tema difícil, así que no lo presiono. Lo último que quiero es que esté más estresado.

- ¿Cuáles son tus planes para hoy? – tomo un poco de mi café

- Me preguntaba si querías salir conmigo – dice

- Claro. ¿Qué quieres hacer? Sé que Leo y Julio se están quedando contigo, así que es mejor que no los abandones

- Vamos a jugar golf con discos

- ¿Golf con discos? – nunca lo he jugado – bueno, vayan a jugar, y nos vemos más tarde – Peter sacude su cabeza

- La, vas a ir. Es algo así como una cita. Jugaremos en pares

- ¿Una cita?

- Sí. Alístate, porque nos vamos a encontrar a las once

- Nunca he jugado golf. Vamos a perder

- Me lo imagino

Sin pensar, le lanzo lo que estaba doblando. Ups. Un par de bragas.

- Por favor dime que son de tu madre

- Son mías – alza una ceja

- Lali, se supone que las bragas deben de ser sexy. Estas no lo son, espero que tengas una de estas en diferente color para llevar a España

- ¿Qué tiene de malo mi ropa interior?

- No es sexy

- Es cómoda – Peter ríe

- Solo estate lista a las once. Disfruta el resto del café antes que se enfríe

Una hora después, Peter regresa para recogerme. Para mi sorpresa, Euge y Rochi vienen con nosotros, además de Julio y Leo. Es bonito ver a Euge pero…¿está de pareja con Leo? Están discutiendo acerca de algo, y Rochi y Julio caminan delante de nosotros obviamente teniendo una secreta y privada conversación.

- ¿Dónde está Paula? – le pregunto a Euge

- Mi madre la estaba llevando al doctor para que se haga una ecografía – explica Euge – por suerte va a tener una niña. Los hombres son asquerosos – dice, mirando a Leo

- No me has visto ser realmente asqueroso, querida – dice el aludido

Yo tampoco lo deseo.

- Explica cómo jugar – le digo a Leo, cambiando de tema

- Es simple. En este caso jugaremos con un disco en lugar de una pelota de golf. El objetivo es lograr encajar el disco en la menor cantidad de lanzadas. ¿Entiendes?

- Eso creo

Peter toma mi mano mientras caminamos en el parque. Ya no siento que se frustra al ver que no puedo caminar más rápido. De hecho, todos detienen el paso para ir a la par conmigo. Sólo Rochi se ve nerviosa.

Cuando llegamos, Leo nos entrega los discos y termina de explicar las reglas de juego.

- Hola

Mientras Leo y Euge hacen una apuesta sobre quién ganará y las consecuencias del que pierde, escuchamos una voz. Todos volteamos y nos sorprendemos: es Belén.

-  Perdón por estar tarde – dice

- ¿La invitaste? – pregunto, mirando a Peter

- Sí – dice – lo hice