domingo, 20 de mayo de 2012

El Designio del Ángel: Doce

Desafiando a la fiera

Semana Santa consistió en siete días divertidísimos encerrada en casa con Stefano, que estaba castigado porque había ganado el campeonato regional de lucha libre. Dos semanas, sin televisión, teléfono e internet. Cande seguía sin hablarme y Ángela estaba ocupada ayudando a su madre con la limpieza de su casa. Así que es un alivio regresar al colegio.

A la hora del almuerzo me siento a esperar que Ángela aparezca; estoy comiendo un pedazo de pizza, cuando Cande entra a la cafetería prácticamente dando saltos. Se coloca en la cola del comedor y saluda frenéticamente a las chicas en la mesa de las Invisibles. Tiene esa expresión de “me muero por contártelo”. El mensaje que capto de Cande cuando llega a la mesa a pocos metros de distancia, y se sienta es: “Nunca sabrás lo que ocurrió”. Por un instante me mira a los ojos y sé que las dos queremos dejar atrás nuestra estúpida pelea y reconciliarnos, y que ella me cuente sus excitantes novedades.

- Me aceptaron en el programa de prácticas! – chilla Cande

Sus amigas la miran sin entender; pero yo sí lo entiendo. Es el programa de práctica en Montana del que lleva hablando sin parar desde que recibió el anuncio. Ese donde están todos los veterinarios graduados en la Universidad de Washington. Las chicas fingen darle importancia, parece que en el fondo están más interesadas en el baile de graduación porque inmediatamente después le preguntan con quién irá. Cande les cuenta que finalmente ella le pidió a Agustín para ir. Me alegro mucho por ella.

Ángela finalmente aparece. Arroja su bolsa con el almuerzo sobre la mesa y se sienta en frente de mí. Intuitivamente lanza una mirada hacia la mesa de las Invisibles, donde Cande y sus amigas siguen hablando sobre Agustín.

- Deberías reconciliarte con ella – dice Ángela – sea lo que sea, ella ya lo ha superado. Por cierto, ¿qué fue lo que le molestó tanto?
- Creo que estaba celosa porque pasaba mucho tiempo contigo
- Bueno, ahí no puedo hacer nada. Me sorprende, ¿sabes?
- Lo sé – digo con una sonrisa
- Hablando de sorpresas, tengo noticias para ti – se inclina hacia delante, con un brillo en sus ojos – escuché que Thiago y Luna han tenido problemas serios durante las vacaciones de Semana Santa – susurra – ahora entiendo por qué está sentado solo en el fondo
- ¿Qué clase de problemas?
- Una discusión a gritos en una fiesta delante de un centenar de personas. Existe el desagradable rumor de que Thiago conoció a una chica de otro equipo de porristas, en el campeonato estatal de esquí
- ¿Y, quién pondría a circular ese rumor? – sonríe astutamente
- Te lo dije, ¿verdad? Con rumor o sin rumor, era cuestión de tiempo

Es entonces cuando Luna entra en la cafetería. Lleva una falda que, estoy segura, infringe las normas del colegio, y más maquillaje de lo normal. Busca a Thiago con la mirada; él parece estar totalmente concentrado en su comida, sin levantar la vista, pero él sabe que ella está ahí y ella sabe que él lo sabe. Entonces, empieza a caminar y mueve las caderas hasta llegar a un grupo de deportistas novatos de primer y segundo año, que están sentados en una esquina. Toda la cafetería se da vuelta para mirarla. Ella escoge a uno de los chicos, como al azar y le dice algo suavemente, en el oído y le pasa la mano por el pelo. 

Después se da la vuelta y se sienta en el regazo de Stefano. Esto excede los problemas entre Thiago y Luna. Esto es Luna apoyándose en el pecho de Stefano y diciéndole algo al oído tan de cerca que podría lamerlo. Los ojos de Stefano se agrandan un poco, pero es obvio que está tratando de no perder la calma. No se mueve.

Me pongo de pie.

- ¿Me disculpas un momento? – le digo amablemente a Ángela

Tengo unas ganas de ir hasta ahí y pegarle un puñetazo a Luna. Tengo una serie de razones, pero esta es especial: está utilizando a mi hermanito para su retorcido juego.

- Espera – dice Ángela, cogiéndome del brazo con fuerza – tranquila Mar, Stefano no es un niño. Puede cuidar de sí mismo
- ¿Dónde está Thiago? – pregunta él con voz ronca
- No sé dónde está – ronronea Luna - ¿tú lo sabes?

Aparto la mirada. Thiago ha dejado de comer y está juntando los restos en su bandeja. Se pone de pie y camina hacia el contenedor de bandejas, se gira y lanza una mirada de desprecio en dirección de Luna, y se dirige hacia la puerta. Bien por él, pienso.

- Este es el momento – susurra Ángela – ve tras él
- Ahora quiere estar solo – digo - ¿no te parece?
- Cobarde – la miro con odio
- No me llames cobarde – exclamo de pronto, con rabia

Me alejo de Ángela y cruzo la cafetería con paso furioso hacia donde está Luna. Le toco el hombro.

- Perdona – le digo - ¿se puede saber qué haces? – levanta la mirada
- ¿Tienes algún problema Pippi?

Pippi. Como PippiCalzasLargas. Las risas se expanden por todo el comedor. Pero mamá tiene razón, no me perturba.

Foto: PippiCalzasLargas - personaje literario también conocida como Pippi Longstocking 

- Vaya, qué original. Ahora suelta a mi hermano, por favor

Alguien me coge del brazo y me aprieta suavemente. Volteo y veo a Cande a mi lado.

- Tú no eres así, Luna – dice Cande
- Sé que estás disgustada Luna, pero.. – empiezo a decir
- Tú no sabes nada – deja a Stefano y me mira con ojos furiosos

Los ojos de Stefano dicen otra cosa: No lo hagas. Me estás dejando en ridículo. Lárgate.

- Thiago no está – continúo – se ha ido. Así que para qué babearte con los novios de otras. ¿Quieres hacernos perder el apetito?
- ¿Tienes novia? – le pregunta a Stefano en tono meloso

Él mira a Luna y luego a Kiara, aquella noviecita reciente que está pálida, con dos manchas rojas en las mejillas y los ojos que echan chispas.

- Sí – contesta Stefano – Kiara Lozano. Ella es mi novia – sin duda, mi hermano está enamorado
- Pues nada – añade Luna y se levanta – nos vemos – dice antes de reírse y marcharse

Apenas sale de la cafetería, se produce una explosión de voces, mientras los demás estudiantes se lanzan a hablar todos a la vez. Cande me suelta el brazo.

- Ey – le digo – lamento todas las tonterías que te dije la última vez
- Yo también
- ¿Quieres hacer algo después de clase? – sonríe
- Claro – dice – me encantaría 

1 comentario:

  1. Que bueno q se arreglo lali y cande!!! Y q yegua luna! Más nove!

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